Fantasmas
No vino aquí para desvirgar por la fuerza a jóvenes puritanos ni para fastidiar a ex-novios infieles. Una criatura fantasmal, ya no viviente, que trocó las cruces que cargaba en vida por las cadenas que hoy arrastra en muerte, observando la tristeza de mamá mientras cambia la ropa de la cama sobre la que durmió su último sueño. La colosal fatiga, la hendidura de la tristeza, total e inabarcable, es lo que convierte a ese fantasma en materia, como esa misma materia que está mirando. Y le resulta aún mejor que desvirgar jovencitos puritanos por la fuerza.La alegría es un pasatiempo; la tristeza es un pasatiempo; invocar a los fantasmas es un pasatiempo.
No vino aquí para desobedecer las leyes de la naturaleza. Vino a recordarnos que todos somos los fantasmas de todos, hasta en nuestros sueños y hasta en nuestros dolores de muelas, y que no hay mentira ni verdad que valga la pena de estar vivo, excepto estar vivo.
Foto: Sabrina Lara como María del Rosario, en la obra, justamente, María del Rosario.








