miércoles, 7 de noviembre de 2007

Fuerte

Si no fuese porque el oculista me dijo que los tenia puestos no le hubiese creído a mis ojos cuando te vi. Quede impresionado, sacado, enamorado, fue amor a primera, segunda y tercera vista. Fue un sueño que duro unos segundos, hasta que hablaste y me dijiste “hola”, “hola” “hola”, ese saludo tan vulgar que me hundió en un sueño todavía más profundo, porque mis sueños empiezan en lo vulgar y terminan mucho más abajo, ahí, ahí, donde se guardan las ladillas, donde hacemos billar y a nadie le importa. Porque a nadie le importa que vos tengas resortes por todo el cuerpo y yo apenas una rosca, una rosca potente que quiere que le hagas carambola una y otra vez.

3 comentarios:

Matiu dijo...

¡Bien ahí, Ale! Blake abrió la puertas de la percepción, y vos las del clóset.

fede té dijo...

¡mi cuñado!

Mario dijo...

porque mis sueños empiezan en lo vulgar..........


cheers.......una joyita esa fraseeeee