sábado, 19 de abril de 2008

MI CACA



Siempre me gusto mirar mi caca
Siempre tuve la sensación de que muestra lo más profundo de mi
Mi más interno interior
Mi lado más “oscuro”..el más salvaje
Tal vez porque siempre fui transparente..
por indecisión no por decisión.
una persona frontal
u honestamente brutal como solía decir alguien a quien yo solía amar.
De chiquita cada vez que hacia una caca despampanante
la llamaba a mi mamá para mostrarle mi sorete
como si fuera un gran logro
como un examen digno de una buena nota
como un boletín de esos que siempre tenían las alejandras
, nose porque pero las alejandras siempre eran tragas y se sacaban 10,
(me pregunto si de grandes seguirán tragando como lo hacían entonces)
Como decía, algo de lo que me sentía verdaderamente orgullosa.
A pesar de ser algo fácil u obvio,
ya que es un acto inevitablemente natural y común a todos ,
No todos mis soretes eran tan comunes,
como ya dije algunos eran enóRmes y traumáticos!
Me acuerdo una tarde ..más bien una jornada.. (donde pasé alrededor de 6 u 8 horas)
que empezó de día y terminó como a las tres de la mañana con toda la familia y amigos sentados alrededor del inodoro, haciéndome la segunda.
Fue “duro”, pero con el tiempo se transformó en un bonito recuerdo
Como esos domingos en recoleta o en el delta.
Aquella noche hicimos un picnic en el baño
Comimos ciruelas y yogurt .
Mi mamá su amiga Perla, que en paz descanse, Beto, su marido,
(que me alentaba desde la puerta), sus hijas mi hermana y yo..
Ese sorete fue en toda mi vida el que más se tardó.
Y costó, pero valió cada segundo de esfuerzo y de espera.
Fue el sorete más grande que jamás hice yo!
Y fue entonces que aprendí a hacer caca sin sudor.
Desde ese día me transformé en el evacuador más rápido del condado.
Hago caca en un santiamén, podría decirse un periquete
¡ tardo lo que cualquiera en hacer un pis.
El secreto esta en saber esperar..y no apresurarse para nada.
No dejarse engañar por falsos avisos.
Claro que aquella tamaña caca no me la lleve yo de arriba y dejo su secuela en mi ..
Pero de eso ya les contaré en otra oprtunidad.
Igual sigo disfrutando de compartir mis soretes con los demás..
Con los años uno va creciendo y perdiendo la gracia al mismo tiempo que el público
Qe es remplazado en otros escenarios y llevado hasta allí por otros intereses.
Ya nadie quiere ver mi caca..
Desde entonces me limito a sacar fotos privadas en la intimidad de mi entorno azulejado.


La culpa la tiene Ibarra


Piquete y cacerola, la lucha es una sola. Pobrecitos... en lugar de 500 empleados rurales, tienen sólo ochenta. Así es como se gana el corazón de la clase media urbana, para que sepan. Bienvenidos a este Chernobyl criollo, pobre e indigno, denigrado y mezquino; Chernobyl tercermundial, como corresponde. Sr. Ibarra, ¡haga algo, Sr. Ibarra!

viernes, 18 de abril de 2008

Valparaíso

foto
dibujo de Funes desde el balcón de la casa de Enrique Winter


una luz otra y otra luz y otra y más luces y por ahí una casa y un árbol y un barco que está clausurado y el Museo y el agua del Pacífico porque es del otro lado de la cordillera que tuve que cruzar para ver esta luz y otra y otra más y más luces y por ahí una casa amarilla y un barco encallado y el tesoro de los piratas españoles que no podían evitar ver una luz y otra y otra más y por ahí la playa del pueblo porque tiene un pueblo donde la vida bohemia adora a los poetas que escriben a las luces de acá y las otras y las de más allá y la que está detrás del ascensor y el cerro alegre y una luz y otra y otra más y por ahí una casa al lado del isi y del edificio de los diputados y la avenida Francia donde paró el Simón y al fondo podés ver Viña del Mar debajo de aquella luz y otra y otra más que está detrás del muelle frente al mercado que venden las pailas de pescado más ricas y baratas de todo Valparaíso

mentira

no del todo Valparaíso pero sí que comés barato si comparás con el puerto de Buenos Aires donde no podés ver más que dos parrillas que venden pescado y apenas si te lo venden recién sacado del freezer porque para que lo saquen del mar tenés que ir a Miramar o a Mar del Plata ciudades de grandes pescadores y arponeros con historias de tiburones con cara de foca

pero volvamos a Valparaíso

¿ves esa luz? no, claro, en el dibujo esa luz no la pude dibujar pero si mirás fijo el cartel del barco que dice Sociber por ahí te salpica un poco de petróleo que los marinos cuidan porque fijate bien a la izquierda vas a ver un buque marinero que dibujé con mucho esfuerzo porque los anteojos los tenía bastante sucios y es que estaba enamorado de la ciudad y todos saben que cuando uno se enamora de una ciudad y quiere dibujar un buque marino sin dibujar marineros y quiere que el barco se haga más y más claro y la palma de la mano se vuelva testigo fiel sin inventos ni formas raras de contar a los ojos los anteojos se ensucian un poco

porque seamos sinceros
el dibujo, no está tan bueno
pero a mí
me recuerda a Valparaíso.

jueves, 17 de abril de 2008

la fobia es la falta de costumbre

Esto es, si te dan miedo las cucarachas, pero vivís rodeado de cucarachas, un día te acostumbrás o te morís del estrés.

Augusto tuvo piojos por primera vez a los cinco. Herví peines, toallas, sábanas, ropas. Compré venenos, vinagres, hierbas mágicas. Me obsesioné. Cuando los piojos eran demasiados para su cabeza, ¡se subían a la mía!

Un día se hizo rutina. El único que no lo digería del todo era Augusto, que puteaba a flor de voz cada vez que le pasaba el peine. ¡Maldito peine fino!, gritaba. Por eso, cuando yo hice un fanzín en papel que se llamó Una herida absurda, él hizo un fanzín en papel que se llamó Maldito peine fino*. Y cuando yo estaba en la cresta de la fiebre blogger, él se sacó este blog.

Después, los piojos no nos molestaron más por casi dos años.

Ayer regresaron.


* Un cómic de MPF Nº1:

SOPA LOCA

Una historia sencilla

Foto: Girasol
Una piedra que descansa sobre la orilla. Pequeña, seca, hundida hasta la mitad. Cómoda, inmóvil entre la arena que desgasta su piel granulada. Una piedra que espera que una ola se suba hasta su lomo, le hidrate los poros y la inunde.

Una piedra que descansa sobre la orilla. Ahora mojada, tiritando y anhelando que el sol se asome entre las nubes para recuperar su temperatura corporal.

Una piedra que viajó hasta la orilla, despidiéndose de su roca madre. Corroída por el agua salada y el viento. Naufrago, nómade, entregada a las corrientes y al tiempo.

Reposa hasta que una niña la lleva hasta el portón de su castillo de arena. A unos diez metros de la orilla, espera paciente hasta la próxima marea.

martes, 15 de abril de 2008

Toque de Queda (por Tony Wilson)


Imagen: Belén Praskovia

-Que? vos no te hacés la paja? . Ella lo pensó antes de contestar.
El bar estaba lleno. Se hablaba mucho. Demasiado. Todos parecían tener demasiado
para decir. Universitarias, boinas, peinados franceses, secretarias. Mayos franceses. Vacas de troya, plazas de mayo. Revoluciones que no necesitaban y que no entendían. Jazz, tango, Hendrix, mucho sesenta y walk on the wild side..
También reían. Algunos no. Bebían, fumaban, debatían, se miraban,
no se miraban, picardía,complicidades, amagues, histerias.
-Mirá a tu alrededor- Ella observaba. Yo observaba sus ochentosas tetas.
-Cuantos de acá crees que se van a coger esta noche?! Tantos? Para mi nadie.
Para mi la gran mayoría se va a hacer la paja.
Ella recibió un mensaje de texto. –Chau- me besó en el cachete. La esperaban sus amigas
en otro bar, en Sunset, o en el Picadilly.
Por lo menos logré sacarle la verdad. Me gustó que me diga a los ojos que se hacía la paja.
Me gustó más que me dijera que se hacía la paja cuatro o cinco veces por semana.

lunes, 14 de abril de 2008

depende para que


Y entonces fue cuando me morí. Y subí al cielo.
Me atendieron en la puerta y yo pregunte por el general.
Estaba ocupado, me dijeron, y ella también.
Ella, acá, sigue trabajando mucho. Más todavía.
Igual me hicieron pasar y era lindo.
Camine tranquilo unas horas, saludando gente y buscando parientes.
Me encontré con Indio, mi perrito de cuando era chico,
me salto encima y lamió todas las manos. O sea, las dos manos,
que ahora no tenían que trabajar.
¿Quién dijo que no tenían que trabajar?
Esa era su voz, fuerte, amiga… me llamo por mi nombre:
Venga Gómez, venga. ¿Por qué no me ayuda a llevar esto?
Eran unas cajas que parecían pesadas pero eran livianísimas.
¿Qué hay acá, general?
Fíjese por el peso, don, las cajas son livianas,
entonces: alpargatas si y libros no.