sábado, 22 de septiembre de 2007

Blanca y radiante va la novia


If you want to get down,
down on
the ground...
Cocaine.
J. J. Cale

Foto: Matiu. El Diega no ve la hora. La Panadería de Morón, 2004.

Que no se te caiga Diega
que no se te caiga
tan frágil es el mundo
tan duro que se rompe
que no se caiga Diega
que no se caiga

hay lugar para todos
hacé equilibrio
malabares
que no se te caiga Diega
uno solo
el último
el anteúltimo
el que falta
no me mires
ni lo pienses
que no se caiga

yo te miro
te detengo
pero no te caigas
no quiero lamer el suelo
no quiero verte
respirar con hambre
el último
el anteúltimo
que no se caiga

descansá en mi brazo
apretá los dientes.

jueves, 20 de septiembre de 2007

LODICHO



hacé click sobre la imagen!

mi médico, mi acupunturista, mi violencia interior

Foto: Gen71

Esta imagen no serviría de excusa para hablar de mi salud. No es la casa de mi médico, ni la del chino con el que me hice acupuntura. Ni siquiera sé de dónde es la casa. Sólo sé que la foto me la mandó a mi casilla de mail Gen71 después de que yo le pidiera alguna de sus fotografías para escribir algo en el epígrafe.

Sin embargo, apenas la abrí, lo que más me llamó la atención fue (y en este mismo orden): la humedad en las paredes, las ventanas entreabiertas, las plantas que crecen en los desagües pluviales y en las tejas.

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La humedad me hizo acordar a la metáfora (comparación, si somos técnicamente exactos) que utilizó mi médico para hablar de mi problema de sinusitis crónica recientemente intervenida quirúrgicamente: “es como tener humedad en la pared y arreglar el revoque, pintar todo a nuevo. Pero como la humedad sigue estando, de un tiempo a otro vuelve a aflorar”


Las ventanas se me insinuaron como contraste a esa decadencia externa, a esa violencia* de los musgos y los hongos que carcomen desde el exterior. Se me hizo el adentro como un fuerte de resistencia, un lugar pulcro y seguro, de seguridad racional y fabricación en serie. Tal vez por lo blanco inmaculado de los postigos recién pintados, y por la garantía sintéticocelestial de un fuentón o palangana olvidada afuera (pero que pertenece al adentro) entre las prolijas macetas del balcón. Entonces me acordé del acupunturista que en vez de metáforas, directamente me hablaba en haikus

afuera no puere cambiaaar
arentro puere cambiaaar
paciencia, corfianza, toreraaancia**


Finalmente, el vértigo y la angustia son esas plantas invasoras*** que crecen fuera de los espacios ad hoc que el dueño de casa (sea quien sea) les ha suministrado.

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*La naturaleza misma es violenta, y por más razonables que seamos ahora, puede volver a dominarnos una violencia que ya no es la natural, sino la de un ser razonable que intentó obedecer, pero que sucumbe al impulso que en sí mismo no puede reducir a la razón. / Georges Bataille – El Erotismo

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** traducido al rioplatense sería:
Lo de afuera no se puede cambiar
pero podemos cambiar nuestro interior
para ello hace falta tener paciencia, confianza y tolerancia

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***Ocupación completa del seno frontal izquierdo y casi completa de celdillas etmoidales, seno esfenoidal y seno maxilar del mismo lado. En este último se aprecia brecha quirúrgica en la pared medial del mismo. Hay engrosamiento de la mucosa que reviste las paredes y piso de este seno./ Tomografía de macizo cráneo facial sin contraste de VI

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miércoles, 19 de septiembre de 2007

te agarro el amor por atrás y vos ves un lugar donde yo no estoy,
te subo el amor por la espalda y te abrazo en ese lugar de tu cuerpo que casi no conoces,
te llevo el amor como si fuera una forma de empezar y empezar y siempre vivr empezando,
te empiezo, te lluevo, te escondo, te transformo, te hago bajo el agua, te soy agua, trueno, estrella, nube, cielo, amor
te amor, te palabra, te sonrisa de foto
te soy

martes, 18 de septiembre de 2007

la imaginación le rompe el culo al codificado, pero se acaba en el mejor momento

para elloco


Como todos, como nadie ella estaba en el medio de una oscura habitación llena de gente, llena de música, de humo y luces. Cuántas cosas entran en la oscuridad. Yo como todos, como nadie entré. La tengo que saludar. (Hola.)
Acercate; más, dale no seas tímida. Saludame sí, pero no de lejos, vení, con un beso, apoyame una mano en el hombro aunque sea y poné tus labios en mi cara, aunque sea en un costado. Quiero oler sin que te des cuenta el perfume de tu nuca. No me conocés, decime mi nombre (Raúl me llamo, pero decime 'fede') despacito y mirándome a los ojos. De tu otra mano, dejame que te la agarre, te acaricio los dedos: despacito los abro con los míos, los separo. Pongo mis dedos entre los tuyos. Nuestras manos unidas son nuestro cuerpo; es uno y es nuestro.
Ahora corriste la boca, ya no me toca pero así mi cachete contra el tuyo que es tan suave, tan perfumado por la noche llena de gente con olor rico y chivada, bien vestidita y anoréxica, toda amable e interesada, toda importante e invisible. Y latís, ya no es mi corazón lo que pulsa: te siento fuera de mi cuerpo pero cerca, tan cerca. Mi mano, la de tu cintura, sube y llega a tu pelo; es lindo pasearse por él como descalzo por una playa de arena muy fina ¿Cómo es la isla de caras? A contrapelo te saco un suspiro; te ponés colorada y te tapás la boca; dos medias frutillas en almíbar rojo que se escapan entre tres de tus dedos regordetes. No se si te reís pero me mirás desde abajo con los ojos grandes y en mi mente no hay nada. Un numero: una nena. No te suelto la mano, esa que intercalaba dedos tuyos y míos, no me la soltás. Ahora sí: empujo tu espalda hacia mi pecho y se curva en un badén, en un valle curvo tan dócil. Debajo de ese vestido de verano tu piel es más suave y te imagino bañándola en crema a la mañana, con el sol celeste o amarillo entrando por la ventana de tu décimo piso. Puedo oler la mañana, la crema, el jazmín artificial. Puedo verte mirándote en el espejo y sonreír satisfecha. Algo hay entre tu espalda y mi pecho: sos vos. Pequeña contra mi cuerpo, callada, respirás ensimismada y fuerte. Ya no escucho esas palabras que no quiero escuchar, ahora callás las que sí quiero oír pero las pensás y eso me basta. Tus tetas contra mi pecho. Incontenidas, llenas de piel o silicona pero sin corpiño. Mis pectorales son manos, vasijas tibias que ofrecen sustento a tus enormes lágrimas de piel. Hermosas protuberancias que me conmueven. Ahora quiero llorar o estrujarte, quiero acariciarte y partirte al medio como el cuchillo dentado a un pedazo redondo de pan de campo. Esponjoso. Ahora me decís algo, te contesto (parezco muy seguro de lo que digo) y nos separamos. No del todo: mi mano todavía está tejida en la tuya y la lleva hasta mi auto y, sin hablar, el resto de mi cuerpo te va a extrañar todo el camino hacia el telo. Y te re cabió, Maxi López.

(foto: papparazzi)

lunes, 17 de septiembre de 2007

bueno.. quisiera compartir con uds este "poema" que encontré hoy entre mis cosas, esto que escribí fuera de mí y que cuando volví a mí no pude comprender del todo.


es aire acondicionado
no está lloviendo no
dejá de pensar que se termina el día
(la chica dudó y no puso "se te acaba"
sino "se termina"
y condenó el éxito de su poema)
no pudo seguir poema
texto
escrito
nota
no es un poema
es falsa modestia

domingo, 16 de septiembre de 2007



en un tiempo nos habremos ido
con los custodios de este invierno
y el delirio de las moscas en verano
leves ciruelos rodando en ventanas desde donde ver
un sombrero volando con su cabeza
iremos al sur de los cisnes
la vida en una sartén con restos de huevos fritos
una piedra rocando sus tinieblas
en la hora siniestra del obispo
la vida perfecta de las capas de
los ángeles perecederos a las verticales velas de un convento
y al fin las puertas vacias del domingo