domingo, 10 de febrero de 2008

alterar





cubierto de una atmósfera quieta, como la telita que crece en las uvas de la heladera, con el otro en la piel, las manos que me aprietan los costados de la boca y modulan mal mi respiración en palabras como en brasas: el reproche, la queja, los lugares de donde no se vuelve, las palabras que rompen.

3 comentarios:

Matiu dijo...

Es un túmulo el de la foto.

absurda y efímera dijo...

Mi papá murió y luego de unos meses mi mamá decidió refaccionar y redecorar el departamento. Pidió presupuestos a varios albañiles. Uno de ellos, cuando vio la cocina dijo: acá hace falta muerte súbita (sic).

El poema + la foto me recordaron esa anécdota.

Matiu dijo...

Muy curioso, Vale. Me pregunto qué habrá querido decir el albañil.