viernes, 16 de mayo de 2008

El envión trunco *


Nunca fingí un orgasmo salvo una vez. La situación se fue complicando de a poco. Habíamos ido al Hipódromo juntos, una salida original que comparto para quedar bien en una primera cita. Después del Hipódromo, al subsuelo a jugar unas fichas a las maquinitas, para reírnos y romper el hielo. Obviamente, nos abrió el apetito y fuimos a cenar. Cruzamos la ciudad hasta San Telmo hacia la vieja sede de Manolo (que en paz descanse) y también quedó encantada con el lugar. Manolo, el dueño del bodegón, se acercaba a charlar con cada uno de los clientes y amenizaba la noche de los comensales con su servilleta colgada del hombro. Ella estaba tan entusiasmada que la botella de vino se triplicó. No muy lejos de ahí, sobre la calle Alsina, había un Hotel Alojamiento. Sutilmente sugerí culminar la noche espectacularespectacular como su figura, sus curvas y su sonrisa y no le importó dejar un vaso con vino por la mitad.
Yo dije, acá la mato.
Pero bueno, tanto cansancio y tanto alcohol, me retrasaban el orgasmo. Me conozco bastante (o por lo menos en aquella época - no hace mucho) y supuse que si seguía retrasándose iba a tener que pedirle explicaciones a Thor (así lo llamo) en el baño por su "exceso de confianza" (digamos) así que propuse, corporalmente, un final arrebatado y feroz, de esos que provocan la envidia de los vecinos, sin ningún tipo de explicación. Otra vez ella estaba tan entusiasmada (el vino las pone mimosas, diría Sofovich) que no tardó mucho en acabar elegante y conforme.
Media vuelta y a dormir.
A la mañana siguiente nos volvimos a encontrar pero "por suerte", pensé en ese momento, nos tocaron la campana y el último round se nos había ido de las manos.
Hubo dos o tres encuentros más.
Obviamente, no la volví a ver después de eso. Siempre me acuerdo de ella, fue un motorcito para mi entusiasmo por la actuación.

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* Intertextualidad con
Fernanda Nicolini
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3 comentarios:

Matiu dijo...

Excelso, Funes. A todo esto, recuerdo a un amigo mío que le dijo a una amiga criticona que supimos tener, que 'las mujeres fingen los orgamos porque piensan que nos importa'. Habrá que rever la vieja fórmula.

Anónimo dijo...

tal vez, si probabas con escarbar tu oreja en ese momento con un hisopo...

Unknown dijo...

ese no lo entendí, shushetta...