martes, 31 de julio de 2007

"Seeing the big picture"

"Creación" de Inés Raschi (tel:0351-4576-557)
Feria de los artesanos, Córdoba

Julián sabía que le iba a ser imposible evitarlo esta vez.
Pta. ¿Cómo lo sabía?
Rta. Ya se estaba respondiendo.
Se cagaba en la puta madre que lo había re parido. Se cagaba en él mientras miraba ese farol que estaba detras de la cara de Celina, miraba esa luz que se hacía gigante, brillosa y al ritmo de sus pupilas dilatadas se extendía como la tela de araña que la sangre de alguna luciérnaga hacía encandilar.
Un visitante llevado a la fuerza y él mismo, que se esperaba ansioso y se dice por fin llegaste. Otra vez se arrastra y se espera en ese rincón gigante y sin paredes. Se encuentra solo, enfrentado. Se enfrenta al encuentro con él mismo en ese rincón sin paredes y oscuro.
Y se responde.
No importa si se pregunta por el día en que nació, ese día en el que desde la cama de un hospital su madre gritaba saqueló doctor y la puta que lo parió mientras su padre se emborrachaba en el bar de la esquina del hospital, media hora antes de cojerse a esa enfermera que le contagió la sífilis que se lo llevó para siempre, y lo dejó al cuidado de esa deprimida que nunca salía de la cama.
No importa si se preguntaba sobre si la quería o no a Celina. Que si las lágrimas y el dolor de garganta lo dejarían dormir el día que se entere de que ella estuvo con otro tipo. Que si podría despedirse de ella a tiempo para poder ir al departamento de Mariana. Que si la extrañaría mientras Mariana dormía abrazado a él. Que si extrañarla después de haber acabado con Mariana significaba que la quería.
No importa si se preguntaba qué carajo hacia preguntándose esas pelotudeces que le encandilaban las pupilas dilatadas si ya el farol desprendía su melaza luminosa y todo cobraba una forma reptante, en partes retorcida sobre sí misma. Esa melaza que ahora era ocre. La melaza ocre y el resto, negro. Que parecía que le acariciaba el iris de las pupilas dilatadas, a la vez que lo arrastraban, calentito y sin verbos, hasta ese rincón oscuro y sin paredes. Donde viendo todo como un recuadro rasgado en medio de su todo negro, rendir cuentas sobre tantas cosas. Tantas Cosas.

1 comentario:

Matiu dijo...

Listo, Fede. Ya basta de hermanismo. Le voy a decir a Lucía que te eche. A menos que sigas escribiendo así, claro.