jueves, 13 de diciembre de 2007

ver sin ojos, oír sin oídos

Foto: Girasol

Llega hasta el jardín un mediodía en el que el sol calienta las baldosas. Después de un almuerzo en la galería de la abuela Sofí, un buen momento para hacer un intervalo por otros mundos. Antes una pequeña caminata por entre los árboles, el limonero, el naranjo y el de flores con forma de campanilla. Elude los yuyos, masajea sus pies contra el pasto y saborea un fruto, de esos jugosos, que se deshacen al tacto, recién sacado del árbol de moras. Lento, sereno, agarra su libro y se acuesta en el banco a iniciar el recorrido. Su imaginación despega mediante cada palabra que palpa con sus ojos. Entregado a la libre asociación, a las descripciones que se van tejiendo de a poco, se mece en un paisaje que transcurre como un fotomontaje. "Oiga usted con el alma los valses súbditos de un piano misterioso. Los perfumes de la tormenta entran por las ventanas; es la hora en que los jardines están llenos de vestiduras rosadas y blancas que no temen mojarse." * Construyendo secuencias, visualizando personajes, suponiendo intrigas. Escucha el repiqueteo de las alas, las sonrisas de los niños, los bostezos de los cansados, los gestos del anciano, el olor, el agua. Con tanta facilidad, una capacidad de poder ver ochenta mundos en una mente, paralelos al que existe debajo del álamo en el jardín de Sofí.

*Baudelaire: La Fanfarlo

No hay comentarios: