La partida / Invitación: Mónica Melo x Matiu
A la memoria de Bobby Fischer
Un sarraceno en los días imprecisos en la Edad Media, juega al unísono contra tres ajedrecistas, partidas a ciegas, de las cuales una entabla y gana dos.
Jamás me fue aclarado qué era aquello de jugar a ciegas, siempre me imaginé a Buzecca luchando contra el aire adusto de los florentinos con un pañuelo negro de seda en los ojos a modo de duelo, fusilamiento exquisito, pedante, refinado.
Acá en Tongling, Mang Chen me enseña cómo anotar mis partidas: te servirá para pensar sin ver, disparar la flecha hacia mil sitios aunque sólo intuyas tres y veas dos y creas en el único tablero que ve tomar el cuerpo de tu rey con esta mano que mata porque juega.
4 comentarios:
Buenas noches desde Valencia!!!
...qué curioso me parece intentar buscar en la red el misterioso personaje de Buzecca y lo primero que me salga al paso seáis vosotros.
Recaigo de nuevo en lo leído y me empapo de la savia dulce que desprende Mónica...
Matiu, siempre gracias.
Silvia
Qué casualidad, hace años que no jugaba al ajedrez. Años (nunca fui buen jugador).
En un momento de la noche sentí que las piezas tenían vida propia, que las infinitas combinaciones me eran favorables, incluso acaricié la victoria, incrédulo, avergonzado.
Por supuesto perdí. Pero sentí que esta partida, que esta noche, fue un movimiento clave en el tablero de mi vida.
Lamentablemente, el resultado llegará al mismo tiempo que mi propio fin.
Por favor, Silvia, faltaba más. Gracias a vos por acercarte. Y no es casualidad: Dios mueve al jugador, y este, la pieza.
Y ojo con la savia que mancha la ropa.
Querido Amalio Villa.com: Si lo que nos espera es la derrota, tratemos de no merecerla. El ajedrez es el juego perfecto, completar esas infinitas combinaciones es nuestra meta. Siempre hay un antes y un después de esa jugada de inusual belleza, de esa combinación artística de valentía y sacrificio que nos abre las puertas de la gloria. Así que, suerte con esos alfiles.
Prometo que la próxima vez voy a usar las comillas, que para algo están.
aguante monica y milanesa!
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